Agencias, Ciudad de México.- El exfutbolista brasileño Robson de Souza ‘Robinho’ afirmó que la Justicia italiana le condenó por violación por ser una persona de raza negra y espera «tener voz» en el tribunal brasileño que decidió homologar la sentencia.

«Fui condenado en Italia injustamente por algo que no ocurrió y tengo todas las pruebas que muestran eso», dijo el exjugador del Real Madrid en una entrevista divulgada en la emisora Record.

El exdelantero se someterá al dictamen del Tribunal Superior de Justicia, que decidirá si confirma la condena a nueve años de prisión dictada en firme por el Supremo italiano, que le declaró culpable de participar en una violación colectiva sufrida por una joven albanesa en una discoteca de Milán en 2013.

La Constitución brasileña prohíbe la extradición de brasileños natos, pero permite cumplir la pena en Brasil. En este sentido, el Tribunal Superior de Justicia de Brasil dictará si homologa la sentencia y ordena su ingreso en prisión en el país suramericano.

Robinho, de 40 años, alegó en la entrevista que tuvo una relación sexual «superficial», «rápida» y «consensual» con la víctima y que después se marchó a su casa.

La violación ocurrió en 2013, cuando Robinho jugaba en el AC Milan, en una discoteca de esa ciudad italiana y en ella participó un amigo suyo, Ricardo Falco, que también fue condenado por ello, y otras personas que, según él, no rindieron cuentas en la Justicia.

En este sentido, se quejó de que la Justicia italiana no sentara en el banquillo a todos los sospechosos y atribuyó esa postura al «racismo» que, desde su punto de vista, se vive en el país europeo.

«Jugué cuatro años en Italia y me cansé de ver historias de racismo. Desgraciadamente hoy pasa. Eso ocurrió en 2013 y hoy estamos en 2024, lo que me lleva a creer que los mismos que no hacen nada contra el racismo son los mismos que me condenaron en mi juicio», expresó.

Y completó: «Si mi juicio fuera para un blanco, sería totalmente diferente, sin ninguna duda».

En este sentido, espero que «se haga justicia en Brasil» y que aquí pueda mostrar sus «pruebas», las cuales, según él, demuestran su inocencia.

«Espero que en Brasil pueda tener la voz que no tuve afuera (…) No hice nada, no hice ningún crimen», afirmó.

Preguntado sobre el caso de Dani Alves, condenado en España a cuatro años y medio de cárcel por un delito de agresión sexual contra una mujer, Robinho dijo que en su caso la víctima denunció los hechos «cuatro meses después» y no inmediatamente, como ocurrió con el exjugador del Barcelona.

«Mi caso fue una injusticia (…) Sé respetar a todo el mundo, incluso a las mujeres», apuntó.

Robinho, quien también jugó en el Manchester City, agregó que no tiene «nada que decir» a la víctima porque «es inocente».

El terrible ocaso del joven que alguna vez ilusionó a Brasil

Su talento precoz ilusionó a Brasil, a la caza siempre del «nuevo Pelé». Pero el exatacante Robinho no pudo mantener el brillo en su carrera, manchada por una condena de violación que ahora debe llevarlo a prisión en su país.

La imagen del exdelantero de la ‘Seleção’ entrando a una cárcel se presenta más cerca que nunca, luego de que un alto tribunal brasileño aceptara que pague en Brasil una sentencia de la justicia italiana que lo condenó a nueve años de prisión por violar en grupo a una joven en Milán en 2013.

La historia deportiva de Robson de Souza, más conocido como Robinho, de 40 años, es la de muchas promesas brasileñas: emocionantes derroches de buen fútbol, comparaciones precipitadas con ‘O Rei’, fichajes millonarios con grandes clubes de Europa… y decepciones.

Nacido en la ciudad de Sao Vicente, en el estado de Sao Paulo, despuntó a los 18 años en el Santos, el club que Pelé hizo famoso, como potencial sucesor de la brillante y laureada generación de Ronaldo, Ronaldinho Gaúcho y Rivaldo.

Ganó dos campeonatos (2002, 2004) y fue considerado el mejor futbolista de Brasil en 2004, un año antes de que cruzara el Atlántico para unirse al Real Madrid, donde el legendario Alfredo Di Stéfano le dio la bienvenida.

Al firmar con los ‘merengues’ de Ronaldo, Roberto Carlos, Zidane, Casillas, Beckham y Raúl, el menudo y habilidoso extremo se disponía a conquistar Europa, pero debió conformarse con alzar dos ligas (2007, 2008) y una Supercopa de España (2008).

Su primer partido (victoria a domicilio 2-1 al Cádiz) entusiasmó a la prensa ibérica, que le dedicó elogiosos titulares al día siguiente pese a solo haber jugado 24 minutos: «Y Dios creó a Robinho» o «Una estrella ha nacido».

Anotó 35 goles en 137 juegos con el Madrid, donde las aspiraciones de que se tornara en una superestrella empezaron a mostrar grietas.

Descontento porque los blancos querían venderlo para poder comprar al portugués Cristiano Ronaldo, partió en 2008 al Manchester City de Inglaterra, en un fichaje de 40 millones de euros, destacado para la época.

Tuvo una buena primera temporada, pero el fervor fue decayendo debido a que sufrió una lesión de tobillo en septiembre de 2009 que lo marginó casi tres meses de los campos.

A principio de ese año, además, protagonizó un primer escándalo: fue detenido brevemente por una presunta agresión sexual contra una joven en un club de Leeds, aunque quedó libre de cargos tras la investigación.

Con dificultades para abrirse hueco en la plantilla, dejó a los ‘Citizens’ en el mercado invernal de 2010 con rumbo a casa, el Santos, donde tuvo un paso fugaz antes de marcharse al AC Milan.

En su nuevo equipo tuvo actuaciones destacadas, pero de nuevo sucumbió a su intermitencia.

Con los ‘rossoneri’ alzó la liga italiana de 2011, su última gran conquista en la primera línea europea, que abandonó a los 30 años para probar suerte de nuevo en el ‘Peixe’ y luego en otros confines: el Atlético Mineiro de Brasil, el Guanghzou Evergrande de China y el Sivasspor y el Başakşehir de Turquía.

Con la selección brasileña marcó 28 anotaciones en 100 partidos, el último de ellos fue en 2017 en un amistoso contra Colombia. Conquistó las Copas Confederaciones de 2005 y 2009 y la Copa América de 2007.

Disputó los Mundiales de 2006 y 2010, en los que la ‘Seleção’ cayó en cuartos de final, en una fase de transición entre el título de 2002 y la llegada de la generación de Neymar.

Estando en el Mineiro, en 2017, fue notificado de la condena en primera instancia por la violación en grupo cometida contra una joven albanesa en Milán.

A pesar de la sentencia, jugó tres temporadas más entre Brasil y Turquía, pero su carrera tuvo un final abrupto luego de que regresara al Santos en 2020.

La presión de hinchas, medios y patrocinadores hizo que el club rompiera el contrato sin que llegara a debutar. Nunca más volvió a jugar.

Tribunal aprueba que Robinho pague su condena por violación en Brasil

Un alto tribunal brasileño dictó que el exdelantero Robinho pague «de forma inmediata» en Brasil su condena de nueve años de prisión por violación en grupo contra una mujer emitida en Italia.

Por mayoría abrumadora, nueve de once magistrados del Superior Tribunal de Justicia (STJ), entre ellos solo una togada, votaron a favor de que Robinho sea encarcelado por los hechos ocurridos en 2013, cuando era jugador del AC Milán.

Dos se pronunciaron en contra de homologar la sentencia de la justicia italiana, justo el mismo día en que otro jugador brasileño, Dani Alves, fue autorizado a salir de prisión en España, donde fue condenado por violación.

El exfutbolista de la ‘Seleção’ y del Real Madrid fue condenado en Italia en 2017 por violar en grupo a una joven albanesa que celebraba su cumpleaños 23 en una discoteca de Milán. La sentencia fue ratificada en 2022.

Tras el cierre de la audiencia en Brasilia, su abogado defensor, José Eduardo Alckmin, dijo a medios que interpondrá recursos ante el STJ y pedirá un habeas corpus a la corte suprema para evitar la detención inmediata.

Robinho, de 40 años, reside actualmente en Santos (sureste). Defiende su inocencia al alegar que fueron consensuados los hechos por los que fue sentenciado.

«Probablemente va a ser expedido un oficio para que la justicia federal de Santos emita la orden de detención», explicó a la AFP el abogado penalista Leonardo Pantaleão.

Como el gigante latinoamericano prohíbe en su Constitución extraditar a sus ciudadanos, la justicia de Italia pidió el año pasado la ejecución de la pena aprovechando una ley brasileña que lo permite desde 2017.

El STJ examinó apenas el pedido de homologación, sin entrar en el fondo del asunto ni juzgarlo de nuevo.

De rechazar la solicitud italiana, «el Estado brasileño permitiría la impunidad de Robson de Souza frente a la comisión de un crimen cuya materialidad y punibilidad fue reconocida por el Estado extranjero», dijo el juez Francisco Falcão.

Relator del caso, Falcão consideró que el pedido cumplió con los requisitos para transferir la ejecución de la pena, entre ellos que al exjugador se le garantizó su derecho a la defensa.

En su intervención al inicio del plenario, el defensor Alckmin cuestionó la constitucionalidad de la homologación y pidió un nuevo juicio en Brasil, por considerar que es «un derecho, una garantía individual, de todo ciudadano brasileño».

El menudo y habilidoso exfutbolista defendió de nuevo su inocencia en un video en Instagram, en el que atribuyó la sentencia al «racismo» y a supuestos «errores gravísimos» de los jueces italianos.

Abogados consultados afirmaron que la homologación de la condena «es un asunto paradigmático» en Brasil, donde la prohibición de extradición es considerada por algunos como sinónimo de impunidad.

«Debería sentar un gran precedente para que otros criminales empiecen a cumplir sus condenas en Brasil», dijo el abogado penalista Rafael Paiva en una nota.

En el hecho por el que el exdelantero fue sentenciado participaron otros cinco brasileños, incluido su amigo Ricardo Falco, también condenado y pedido en extradición por Italia.

Según la denuncia, el grupo hizo que la víctima bebiera «hasta el punto de dejarla inconsciente e incapaz de resistirse». Después sostuvieron «relaciones sexuales varias veces seguidas» con ella.

Llamado a convertirse en una superestrella, Robinho mostró un talento precoz que lo llevó por varios equipos grandes de Europa, pero que fue incapaz de consolidar.

En 2009 fue detenido brevemente en Inglaterra, cuando defendía al Manchester City, por una presunta agresión sexual contra una joven, aunque quedó libre de cargos tras la investigación.

Su carrera tuvo un final abrupto después de su regreso en 2020 al Santos de Sao Paulo, en el que debutó como profesional en 2002.

Medios, patrocinadores e hinchas presionaron para que su contrato con el ‘Peixe’, club que Pelé hizo famoso, fuera terminado sin que hubiera jugado.

El lateral Dani Alves, de su lado, fue condenado en febrero a cuatro años y medio de prisión por violar a una joven en una discoteca de Barcelona en 2022.

Un tribunal español autorizó más temprano su salida de la cárcel a cambio de una fianza de 1 millón de euros (casi 1.1 millones de dólares), mientras se resuelven los recursos contra su condena.