Agencias, Ciudad de México.- La larga sequía y las temperaturas extremas registradas recientemente en Camboya dejaron un panorama de desolación en la plantación de pimienta del agricultor Chhim Laem, en la región meridional de Kampot, con hojas parduzcas y racimos de semillas muertos.
El agricultor menea la cabeza, decepcionado, mientras atraviesa la plantación devastada, que anuncia una cosecha prácticamente nula.
El Sur de Asia y el Sudeste atravesaron estas últimas semanas una ola de calor extremo tras largos meses de sequía. En algunas regiones de Camboya, el mercurio alcanzó los 43 ºC.
Los científicos advierten con frecuencia que el cambio climático provocado por el ser humano ocasionará canículas más frecuentes, más largas y más intensas.
La pimienta de Kampot, apreciada por los grandes chefs del mundo por su aroma especiado con notas florales y mentoladas, es considerada como el caviar de la pimienta, vendido en las tiendas de alta gama por unos 215 dólares el kilo.
Su escasa producción –120 toneladas el año pasado–, se concentra en una pequeña región cercana al golfo de Tailandia. La Unión Europea le concedió en 2016 la etiqueta de Indicación Geográfica Protegida (IGP).
– El peor año –
Chhim Laem, de 55 años, adquiere normalmente 1.000 dólares al año de ingresos con su plantación, pero este año, el peor para el agricultor, la cifra está cerca de cero.
«Me entristece profundamente, pero no sé qué hacer», lamenta.
Laem perdió estas últimas semanas el total de sus plantas de pimienta debido al cambio climático, que en esta región provoca un excesivo calor y muy pocas lluvias.
La reputación mundial de la pimienta de Kampot se remonta a la época colonial francesa, cuando se exportaba ampliamente antes de desaparecer prácticamente bajo el régimen comunista de los Jemeres Rojos en los años 1970-1980.
La producción aumentó de nuevo en los últimos años y la pimienta se encontró en las mesas de los chefs más reconocidos del mundo. Pero los cultivos de pimienta se ven ahora amenazados por el cambio climático.
Este año, el rendimiento se reducirá a la mitad, según Kann Sinouch, presidente de la Asociación de Promoción de Pimienta de Kampot, y las exportaciones podrían sufrir una escasez en 2025.
Los agricultores de Kampot no tienen más opción que adaptarse encontrando soluciones para almacenar más agua, añadió.
«Esperamos que el año que viene sea mejor», declaró Kann Sinouch, cuya explotación sufrió una caída del 70% de su productividad.
– «¡Cero!» –
«Vemos los problemas, pero no podemos resolverlos», cuenta Nuong Lay, de 71 años, otro plantador de la región.
«Vemos el cambio climático. Hemos almacenado agua, hemos construido tejados para proteger nuestras plantaciones del calor, pero no es suficiente», constata el agricultor, de la cuarta generación de plantadores de pimienta.
Lay espera igualmente una cosecha cercana a cero, frente las 9 toneladas del año pasado en su plantación de cinco hectáreas.
Algunas plantas fueron destruidas al principio de la temporada por las lluvias, y otras después por la larga sequía.
Estos fenómenos extremos afectan también a la calidad de las semillas, que deben cumplir normas muy rigurosas.
Según Lay, aquellos que en Europa o Estados Unidos aprecian la pimienta de Kampot, ya sea negra, blanca o roja, se verán afectados pronto.
«Para 2024 y 2025, ya no tendremos grandes cantidades de pimienta para ellos. ¡Cero!», exclama.