Agencias, Ciudad de México.- El presidente estadounidense Joe Biden intentó abordar un lastre importante para su campaña de reelección al tomar una acción ejecutiva para restringir significativamente el asilo en la frontera entre Estados Unidos y México.
Pero no está claro si sus esfuerzos serán suficientes para cambiar la opinión de los votantes que han expresado inquietudes por la afluencia récord de inmigrantes durante su mandato. Las encuestas han encontrado que la inmigración y la seguridad fronteriza son temas prioritarios en este año electoral —y que han sido aprovechados por el expresidente Donald Trump y su equipo de campaña.
Biden se ha ido hacia la derecha en materia de migración desde su campaña ganadora hace cuatro años, cuando criticó las prioridades en materia de migración de Trump y prometió que restablecería las protecciones al asilo. Muchos demócratas reconocen que ahora Biden enfrenta una realidad política completamente diferente, incluso cuando partes clave de su base lo presionan para repudiar las restricciones fronterizas y comparan su medida con las políticas implementadas por Trump durante su presidencia.
Sue-Ann DiVito, una agente inmobiliaria de 61 años de edad del suburbio de Jenkintown, en Filadelfia, que se convirtió en defensora de los derechos de los migrantes durante el gobierno de Trump, señaló que los republicanos han tenido éxito en difundir mensajes antiinmigrantes en comunidades como la suya, y han logrado que algunos de sus amigos, quienes son demócratas, se preocupen por el alto número de personas que llegan a Estados Unidos.
“Creo que es por eso que vemos que la gente que normalmente apoyaría a los migrantes ahora está más callada”, agregó DiVito.
UN DESAFÍO PARA BIDEN ENTRE DEMÓCRATAS Y LATINOS
Según los datos mensuales de Gallup, los estadounidenses dijeron que la migración era el principal problema que enfrentaba el país en febrero, marzo y abril, lo cual superó incluso a la proporción que mencionó la economía a pesar de precios persistentemente más altos. La migración apareció con menos frecuencia como tema principal en la encuesta de Gallup de mayo a medida que la atención se centró en el juicio penal contra Trump y a que disminuyó la cantidad de cruces ilegales. El tema todavía era ligado al gobierno y la economía como lo que los votantes consideraban el problema más importante de la nación.
La mayoría de los estadounidenses, el 56%, dijo que la presidencia de Biden ha perjudicado al país en materia de migración y seguridad fronteriza, según una encuesta de The Associated Press y el Centro NORC para la Investigación de Asuntos Públicos realizada en abril. Eso es mucho más alto que el 37% que dijo lo mismo sobre el periodo de Trump en el cargo.
Incluso entre los demócratas, sólo alrededor de 3 de cada 10 señalaron que la presidencia de Biden ha hecho más para ayudar al país en materia de migración y seguridad fronteriza, mientras que aproximadamente la misma proporción dijo que lo ha perjudicado. Casi 9 de cada 10 republicanos comentaron que la presidencia de Trump ayudó en este tema.
Los adultos hispanos también son más propensos a pensar que la presidencia de Trump ayudó al país con la migración y la seguridad fronteriza, en comparación con la de Biden. Aproximadamente la mitad de los adultos hispanos dijeron en marzo que la presidencia de Biden había hecho más para perjudicar al país en materia de migración y seguridad fronteriza —una cifra potencialmente alarmante mientras el equipo de campaña de Trump se esfuerza para reducir la ventaja de los demócratas entre los votantes hispanos.
“El presidente Biden no tuvo otra opción. Vio lo que estaba pasando en la frontera. Las cifras eran más altas que nunca en términos de personas que intentan venir aquí en busca de asilo, y él sabía que tenía que hacer algo”, dijo Maria Cardona, estratega demócrata.
Frank Luntz, un encuestador veterano que trabajó anteriormente para los republicanos, dijo que la migración parecía resonar especialmente a principios de esta primavera en todo el espectro político como nunca antes.
Agregó que cree que Biden es especialmente vulnerable entre los hombres afroestadounidenses menores de 40 años, a quienes preocupa que los recién llegados compitan por empleos, y los latinos que podrían resentir a aquellos que llegaron al país de manera ilegal.
“La razón por la que la inmigración es tan importante para tantos es que es una imagen viva y clara del fracaso de Washington para resolver lo que todos los demás en Estados Unidos ven como una crisis”, puntualizó el martes. “La decisión de Biden parece demasiado pequeña y demasiado tardía. El público no cree que le importe, y, por lo tanto, piensa que no lo entiende”.
El historial de Trump incluye la separación de familias migrantes. Trump ha hecho campaña en la frontera y sobre la migración desde que lanzó su candidatura en 2016 con un discurso en el que dijo que los migrantes de México eran criminales y violadores, y prometió construir un muro fronterizo.
Cuando ocupó el cargo, su gobierno separó a padres e hijos para tratar de disuadir a las familias migrantes de cruzar la frontera ilegalmente, una medida que generó una condena generalizada.
Los cruces fronterizos alcanzaron niveles récord —aunque muy por debajo de las marcas que alcanzaron bajo la presidencia de Biden— hasta caer drásticamente cuando comenzó la pandemia de COVID-19.
Durante su campaña para regresar a la Casa Blanca este año, Trump ha intensificado su retórica, acusó a Biden de orquestar un “baño de sangre fronterizo” y destacó casos de mujeres y niños asesinados por personas que ingresaron de manera ilegal a Estados Unidos. Ha prometido llevar a cabo la operación de deportación más grande en la historia de Estados Unidos si vuelve a ocupar la presidencia.
Su equipo de campaña rápidamente trató de presentar el esfuerzo de Biden como ineficaz y como uno que permitiría el cruce de miles de migrantes cada semana.
“Esta orden ejecutiva de Biden sólo puede entenderse como una orden ejecutiva en favor de la invasión y la migración ilegal”, declaró Stephen Miller, exasesor de alto rango de Trump que orquestó algunas de las políticas de inmigración más duras del expresidente, durante una llamada con periodistas organizada por la campaña antes del anuncio de Biden.
El encuestador de Trump, John McLaughlin, dijo que el equipo de campaña cree que el tema resuena especialmente entre un grupo que llama “mamás por la seguridad” —mujeres de los suburbios, con educación universitaria, a quienes les preocupa el crimen y la seguridad de sus familias.
“Hay una sensación de inseguridad”, añadió. “No sólo en las comunidades fronterizas, está en todo el país”.
Trump siempre ha recurrido a la retórica alarmista en la frontera en años electorales. La diferencia ahora, según los asesores de la campaña de Trump y los encuestadores, es la realidad que los votantes ven día a día.
La delincuencia en general ha disminuido, y los migrantes —incluso aquellos que entraron ilegalmente al país— cometen menos delitos que quienes nacieron en Estados Unidos, según estudios con datos disponibles. Pero en ciudades gobernadas por demócratas, como Nueva York, los informes de noticias locales se vieron inundados a principios de este año con imágenes de migrantes que se enfrentaron a la policía y la alarma por la presión sobre los presupuestos y recursos de la ciudad para atender a una afluencia de personas procedentes de la frontera.
Los medios de comunicación conservadores y el equipo de campaña de Trump también aprovecharon incidentes de alto perfil como el asesinato de la estudiante de enfermería Laken Riley. Un venezolano que se encuentra ilegalmente en Estados Unidos se declaró inocente de los cargos por su muerte.
DIVISIONES EN LA BASE DEMÓCRATA
El anuncio de Biden dejó al descubierto las añeja divisiones entre los demócratas, y algunos legisladores de tendencia izquierdista y defensores de la migración —que forman una parte clave de su coalición— criticaron las acciones de Biden y señalaron que eran un regreso a las medidas que marcaron la presidencia de Trump.
La representante Pramila Jayapal, presidenta del Caucus Progresista del Congreso, dijo que estaba “profundamente decepcionada”. Durante una conferencia de prensa con defensores de la inmigración afuera del Capitolio, Jayapal presionó al gobierno para que tomara medidas que brindaran alivio a los inmigrantes que ya se encuentran en Estados Unidos.
Jayapal, demócrata por Washington, dijo que la orden del martes “significa que tenemos gente, personas desesperadas que buscan asilo y deberían poder solicitarlo, y, sin embargo, no podrán hacerlo”.
El senador Alex Padilla, demócrata de California que ha estado involucrado en el acercamiento de la campaña de Biden a las comunidades latinas, dijo en un comunicado emitido el martes que la orden era un resurgimiento de la “prohibición de asilo de Trump”.
“Puedes construir un muro tan alto como quieras. Puedes hacer que solicitar asilo sea tan difícil como quieras. Eso no va a reducir de manera sostenible el número de personas que quieren venir a Estados Unidos”, comentó Padilla a los periodistas.
A pesar de todo, otros demócratas elogiaron la acción de Biden como una medida necesaria para responder a las preocupaciones de los votantes y ganar el control de una frontera sur que por momentos ha sido caótica en los últimos años.
“El presidente está diciendo: ‘Te escucho, sé que esto es un problema y estoy tomando medidas’”, dijo el representante Tom Suozzi, que ha ayudado a formar un grupo de demócratas de la Cámara de Representantes centrados en la seguridad fronteriza.
Suozzi, que ganó una elección especial en Nueva York este año con una campaña que solicitaba medidas de control de inmigración más estrictas, también pidió acciones para ayudar a los inmigrantes que ya se encuentran en el país.
DiVito, la defensora de inmigrantes en el estado indeciso de Pensilvania, intentó cuadrar la diferencia desde una perspectiva demócrata.
“Hay una opción este noviembre, y cualquiera que sea la política negativa que Biden esté implementando, Trump será un millón de cosas peor”, dijo. “Y todos lo sabemos”.