Agencias, Ciudad de México.- La UE debe invertir 255.000 millones de euros para 2030 en suministro y saneamiento de aguas para cumplir con la normativa sobre tratamiento de aguas residuales o calidad del agua, según un estudio de la asociación Water Europe, que señala a Italia, España y Rumanía como los países con necesidades más acuciantes.
Italia, en concreto, necesita invertir 39.000 millones de euros en infraestructura hídrica para el final de la década, seguida de España, con 27.200 millones de euros, y de Rumanía (21.600 millones), siendo esos los Estados miembros que más esfuerzo deben hacer en términos relativos sobre sus poblaciones.
En términos absolutos destaca Alemania, que precisa una inversión de 40.200 millones de euros y lidera esa clasificación, que arroja también importantes esfuerzos para Francia (35.100 millones) o Polonia (21.500 millones).
El estudio subraya la necesidad de desarrollar «una gestión más sólida del agua para abordar la creciente amenaza de la escasez de agua, que afecta al 38 % de la población de la UE y pone en peligro industrias clave como los semiconductores, los centros de datos, el hidrógeno renovable y la producción de baterías para vehículos eléctricos».
«Juntas, estas cuatro industrias están valoradas en 192.000 millones de euros y se espera que crezcan hasta casi un billón de euros para 2030», agregó Water Europe, que advirtió que esa expansión conllevará un aumento de 2,6 veces en la demanda de agua.
El informe señala, con datos de 2019, que la generación de electricidad fue la mayor contribuyente a la extracción total anual de agua dulce (36 %), seguida por la extracción para la agricultura (32 %), el suministro público(22 %), la fabricación (9 %) y la minería, la refrigeración en la fabricación y la construcción (1 %).
Las fuentes de agua dulce, sin embargo, se encuentran cada vez sometidas a mayores presiones, como el desarrollo urbanístico y el aumento de la población, y afectadas por actividades humanas que causan contaminación, alteraciones hidromorfológicas y sobreexplotación, lo que a su vez contribuye al cambio climático.
En los últimos diez años, la extracción de agua en la UE ha disminuido de aproximadamente 164.000 millones de m³ en 2010 a 134.000 millones de m³ en 2021 (una reducción del 17,7 %), mientras que el uso de agua ha disminuido de unos 133.000 millones de m³ en 2010 a 109.000 millones de m³ (una reducción del 17,1 %), precisó la plataforma.
«Las tendencias decrecientes en la extracción y el uso de agua son un buen indicador de la desvinculación del crecimiento económico de la extracción y el uso de agua, y una mejora en la eficiencia del uso del agua», destacó Waters Europe.
«Este estudio llega en el momento adecuado, ya que la Comisión Europea está planificando una Estrategia de Resiliencia del Agua. Si queremos alcanzar los objetivos del Pacto Verde Europeo y cumplir con las directivas industriales, las industrias deben transformarse en industrias inteligentes en el uso del agua», declaró en un comunicado el director ejecutivo de Water Europe, Durk Krol.
Para reducir el consumo de ese recurso cada vez más escaso y mejorar la eficiencia, el informe aboga por recurrir a «tecnologías avanzadas» como la purificación de agua y los sistemas de circuito cerrado.
«Estas innovaciones podrían ahorrar hasta 3.000 millones de euros anualmente en Europa y generar más de 13.000 empleos», señala Water Europe, que recuerda que el 29 % del territorio comunitario y el 38 % de su población se enfrenta a la escasez de agua, lo que representa una amenaza para las comunidades humanas y los ecosistemas, además de un riesgo para el progreso económico y el equilibro ecológico.
Para alcanzar los niveles de inversión necesarios, esa plataforma que representa a 270 miembros relacionados con el sector del agua recomienda que se movilicen asociaciones público-privadas para «garantizar que los recursos hídricos de Europa puedan sostener el crecimiento económico futuro y la resiliencia ecológica».