Agencias/Ciudad de México.- Francisco Daniel Rivera Sánchez obispo auxiliar de la Arquidiócesis murió aquejado de Covid-19 en la Ciudad de México, confirmó la Iglesia Católica.
A través de su cuenta de su cuenta oficial de Twitter la Arquidiócesis Primada de México informó que monseñor Francisco Daniel Rivera Sánchez ha sido llamado a la Casa del Padre debido a complicaciones de salud derivadas del Covid-19.
«Nuestro querido obispo auxiliar, monseñor Francisco Daniel Rivera Sánchez, ha sido llamado a la Casa del Padre debido a complicaciones de salud derivadas del Covid-19. Oremos para que Dios Nuestro Señor le conceda la vida eterno».
Nuestro querido obispo auxiliar, monseñor Francisco Daniel Rivera Sánchez, ha sido llamado a la Casa del Padre debido a complicaciones de salud derivadas del Covid-19. Oremos para que Dios Nuestro Señor le conceda la vida eterna. pic.twitter.com/qkb8l97jgr
— Arquidiócesis Primada de México (@ArquidiocesisMx) January 18, 2021
En un comunicado, la Arquidiócesis Primada de México dio a conocer que ‘los Obispos de México con gran tristeza y pesar comunicamos que nuestro hermano, Mons. Francisco Daniel RIVERA SÁNCHEZ, M.Sp.S., Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de México, ha sido llamado a la Casa del Padre, el día de hoy’.
«Ofrecemos nuestras condolencias a Emmo. Sr. Card. Carlos Aguiar Retes, sus Obispos Auxiliares, a su familia, la comunidad diocesana, los sacerdotes, miembros de la vida consagrada y de más fieles a los cuales sirvió como pastor durante su vida.
Francisco Daniel Rivera Sánchez obispo auxiliar de la Arquidiócesis nació el 15 de octubre de 1955, en la ciudad de Guadalajara, Jalisco.
Sus padres Daniel Rivera Aldana (+) y Ana María Sánchez Flores (+), sus hermanos María Cecilia Rivera Sánchez y Octaviano Rivera Sánchez.
«Nos unimos en la esperanza de la vida nueva que Cristo, el Buen Pastor de las almas nos ha ofrecido con su muerte y resurrección. Que el Padre de Misericordia y Dios de todo consuelo, lo reciba en su Reino.
«Rogamos encomendar su alma a Dios, ofreciendo un triduo de misas por su eterno descanso.
Dale Señor, el descanso eterno.
Y brille para él, la luz perpetua.
Que Su alma y las almas de todos los fieles difuntos,
por la misericordia de Dios, descansen en paz.
Así sea”.