Agencias, Ciudad de México.- El dueño de los Patriots de Nueva Inglaterra, Robert Kraft, sin duda experimentará una sensación extraña cuando vea en la televisión o en la otra línea lateral del Gillette Stadium a Bill Belichick vistiendo una sudadera con los colores de otro equipo.
Pero ahora tiene cosas más importantes de las que preocuparse.
Los Patriots necesitan un entrenador en jefe por primera vez en casi un cuarto de siglo, después de un récord de 4-13 esta temporada, que terminó con el fin de la era Belichick en Nueva Inglaterra.
“Esta es una medida que acordamos mutuamente y que es necesaria en este momento. Agradezco al entrenador Bill por su arduo trabajo y dedicación… Le deseo éxito, salvo cuando juegue con nuestros amados Patriots”, dijo Kraft en una conferencia de prensa.
Belichick es el entrenador más exitoso en la era del Super Bowl, con seis campeonatos de la NFL, nueve títulos de conferencia y 17 victorias en la División Este de la Americana en una gestión de 19 años. Sus 332 triunfos representan el segundo mayor número de todos los tiempos solo detrás de Don Shula.
Pero el equipo también se ha visto perjudicado por la arrogancia que convenció a Belichick de que él fue quien convirtió a Brady, la selección número 199 del draft, en un futuro miembro del Salón de la Fama. Incapaces de repetir la hazaña cuando Brady se fue, los Patriots registraron tres récords perdedores en los últimos cuatro años y cero victorias en los playoffs.
Cam Newton, el Jugador Más Valioso de la NFL en 2015, no fue la respuesta. Tampoco lo fueron Jarrett Stidham, Mac Jones o Bailey Zappe, tres jóvenes mariscales de campo que Belichick pensó que podría convertir en campeones tan fácilmente como lo hizo con Brady.
Pero ese es el problema de otra persona ahora.