Crédito: @Bridgerton.

Agencias, Ciudad de México.- Basada en la saga de novelas románticas de Julia Quinn, Bridgerton es la nueva serie de época que llegó a Netflix. Es el desembarco de Shonda Rhimes en la plataforma que, de la mano de Chris Van Dusen, se suman a este proyecto y cuenta la vida de la familia Bridgerton durante la época de la Regencia en Inglaterra.

Rhimes es la generadora de éxitos populares como Grey‘s Anatomy, Scandal y How to get away with a murder, razón por la cual Netflix decidió sumarla a sus filas. La cifra que trascendió cuando se logró el acuerdo con la productora Shondaland, fue de 150 millones de dólares hace ya dos años. Finalmente llegó su primera producción, Bridgerton, que ya tiene confirmada una segunda temporada, mientras aguardamos que salgan a la luz las demás producciones.

La serie está narrada por la entrañable Julie Andrews -excelente elección- y tiene como protagonista a la bella Phoebe Dynevor quien interpreta a Daphne Bridgerton, la cuarta hija de una familia de alta sociedad londinense. Pero la joven se debate entre seguir las reglas y romperlas, por eso inicia una especie de romance con el duque Simon Hastings, interpretado por el actor nacido en 1990 en Zimbabwe, Regé -Jean Page. Ambos tienen un feeling especial y se seducen sin evitarse nunca.

Como decía la costumbre, las chicas en edad de casarse eran presentadas en diversos bailes donde las jóvenes debían poner el ojo en los candidatos indicados. Como un desfile, las mujeres pertenecientes a las clases más altas eran presentadas para que los posibles candidatos evaluaran el desempeño de cada una de ellas, su belleza y sus normas de educación. Sin otro objetivo más que casarse y tener hijos, las jóvenes aspiraban a que los nobles más acaudalados las eligieran.

Así, la aristocracia del siglo XIX es la protagonista de esta historia y su “mercadeo” de matrimonio que incluía una preparación especial cuando las damas llegaban “a la edad de merecer”, como se decía.

Grandes salones de baile, un vestuario exquisito, palacios y más palacios forman parte de esta serie que tiene cosas de la gran Downton Abbey, aunque se para en una vereda diferente. Los entretelones sobre lo que sucede en la alta sociedad y la relatora que oficia como la voz en off de Gossip Girl, le dan un toque de comedia y algo de sarcasmo a esta historia.

Bridgerton tiene una rica paleta de personajes secundarios como lo son las tres hermanas casamenteras Philippa, Prudence y Penelope Featherington, (Harriet Cains, Bessie Carter y Nicola Coughlan, respectivamente) que por momentos recuerdan a las hermanastras de Cenicienta, comandadas magistralmente por su madre Portia (Polly Walker) quien sólo desea “casar bien” a sus retoños.

Coughlan se destaca en este trío de hermanas -ya la vimos en Derry Girls, una gran serie irlandesa en Netflix-ya que le otorga a su personaje una visión desacartonada. La diversidad racial es un tema que Shonda siempre incluye en sus producciones y Bridgerton no escapa a ello, por eso vemos a muchos personajes que rompen esquemas y es digna de aplaudir por ello.

Bridgerton es ágil, divertida y por momentos atrevida aunque no logra atraparnos desde el primer episodio. Se trata de esas series que debemos darle una chance y avanzar en los capítulos. Es una propuesta distinta como algunos puntos en contacto con Emma de Jane Austen pero que logra distender en un año lleno de malas noticias y un nuevo encierro en su país de origen, Inglaterra. Una serie para disfrutar, entregarse al lujo y a un mundo lejano pero encantador donde las cosas siempre terminan saliendo bien.