Agencias, Ciudad de México.- Desde que se convirtió en actor revelación con 14 años en Lo imposible de J.A. Bayona, Tom Holland ha experimentado una trayectoria cinematográfica fulgurante, llegando a lo más alto en pocos años gracias a su trabajo como Spider-Man en Marvel. El actor británico es una de las estrellas más admiradas y queridas por el público en la actualidad, le llueven los grandes proyectos y su futuro en Hollywood está asegurado. Sin embargo, como varios de sus compañeros del MCU, él también está encontrando dificultades para separarse del superhéroe que le ha dado la fama mundial.
Para el estreno de la película Chaos Walking, thriller de ciencia ficción que se postulaba como la siguiente gran saga juvenil, pero ha acabado entrando en los cines por la puerta de atrás, después de múltiples problemas tras las cámaras e interminables retrasos, en plena pandemia y con la etiqueta de batacazo económico tras su decepcionante paso por la cartelera estadounidense, donde también ha recibido críticas desastrosas. Lo de Chaos Walking ha sido la historia de un fracaso anunciado. Y no me extraña nada que ni el mismo Holland haya querido promocionar su película.
Chaos Walking está basada en la primera novela de la trilogía superventas de ciencia ficción distópica escrita por Patrick Ness (autor de Un monstruo viene a verme). La película nos lleva a un hostil planeta desconocido en el que una colonia de humanos lucha por sobrevivir. Todd Hewitt (Holland) es un chico que ha crecido en este lugar donde todas las mujeres han desaparecido y los hombres se ven afectados por el ruido -una fuerza que exhibe todos sus pensamientos para que los demás los oigan en voz alta. Cuando una misteriosa chica llamada Viola (Daisy Ridley) se estrella en su planeta, Todd se embarcó junto a ella en una aventura llena de peligros para protegerla, descubriendo los oscuros secretos de su hogar y su pasado.
El rodaje principal de Chaos Walking tuvo lugar en 2017. Se dice pronto, pero han transcurrido cuatro largos años desde que la producción comenzó hasta que el film ha llegado por fin a nuestras pantallas. Hubo un tiempo en el que se creyó que la película no se llegaría a estrenar jamás (incluso los había que, jocosamente, ponían en duda su existencia). Y es que no es normal que un proyecto tarde tanto en estrenarse, creando inevitablemente dudas sobre su calidad y viabilidad comercial, y situando una nube gris sobre ella difícil de despejar.
¿Qué ocurrió exactamente para que una película con ingredientes de éxito como Chaos Walking acabase siendo uno de los grandes fiascos del año, a pesar de contar con uno de los actores del momento?
En la silla del director nos encontramos a Doug Liman. Este cineasta estadounidense tiene su propio historial de proyectos accidentados y problemas tras las cámaras que condujeron a fracasos en taquilla. No es la primera vez que una de sus obras tarda más de la cuenta en rodarse, multiplica su presupuesto y genera más de un quebradero de cabeza para el estudio. Suyas son Jumper o Al filo del mañana, también cintas de acción y ciencia ficción que se enfrentaron a numerosas dificultades (reescrituras de guión, retrasos en el rodaje, reshoots, aumentos desorbitados de presupuesto) y acabaron no cumpliendo las expectativas.
Pero aquellos proyectos se quedan en leves contratiempos comparados con el caos (nunca mejor dicho) que ha sido el camino de Chaos Walking hacia los cines. Tras su rodaje en 2017 -año en el que Holland estrenaba su primera película en solitario como Spider-Man, Spider-Man: Homecoming (y acaba de grabar la tercera)-, los pases de prueba con público fueron apabullantemente negativos. Lionsgate, la productora detrás del film, tenía entre manos una película que no se podía estrenar en salas, una debacle que necesitaba muchos cambios para poder ver la luz comercialmente.
Se decidió entonces grabar nuevas escenas para intentar arreglar el entuerto, lo que elevó el presupuesto hasta $100 millones (The Playlist), una cifra desorbitada para una película que tenía todas las de perder. Pero ahí no terminaban los contratiempos. Holland y su coprotagonista en el film, Daisy Ridley, estaban muy ocupados con sus respectivas franquicias de éxito, Marvel y Star Wars, con lo cual el rodaje de las escenas adicionales tuvo que posponerse más de un año. Finalmente, los actores volvieron al set de Chaos Walking en abril de 2019 para intentar arreglar la película, grabando nuevo material bajo la dirección de otro realizador, Fede Álvarez (No respires).
Con la película acabada por fin, Chaos Walking estaba lista para estrenarse, pero entonces llegó otro obstáculo que nadie esperaba, poniendo patas arriba el mundo y la industria del cine: la pandemia de COVID-19. La crisis sanitaria obligó a aplazar el estreno hasta 2021, haciendo que finalmente la película llegará a las pantallas mucho más tarde de lo previsto, rodeada de un halo de fracaso anticipado y en medio de una situación imposible, frustrando definitivamente las posibilidades que tenía de recuperar la inversión que habían depositado en ella.
Chaos Walking se estrenó en Estados Unidos en marzo de 2021, cosechando críticas negativas y recaudando tan sólo $13 millones en su país (hasta la fecha de escribir este artículo; Box Office Mojo), lo que la convierte oficialmente en uno de los mayores fracasos comerciales del cine reciente, truncando así las posibilidades de continuación en forma de saga. Está claro que la idea era continuar su universo basado en las novelas de Ness, si el público lo pedía, pero al final todo ha quedado en el enésimo intento fallido de levantar una franquicia young adult después de Los Juegos del Hambre.
Habiendo leído y disfrutado los libros y después de esperar tanto tiempo para ver sus páginas cobrar vida en pantalla, ya había abandonado toda esperanza de que Chaos Walking fuera una buena película. Y seguramente los pocos que la seguían esperando con expectación atravesaron el mismo proceso. Pues bien, después de verla, he de decir que no me pareció el absoluto desastre que me habían anunciado, aunque sí entendí por qué no tenía posibilidades de continuar, sobre todo en un panorama cinematográfico en el que las sagas distópicas adolescentes ya son cosa del pasado.
Después de un buen inicio, una premisa prometedora y bastantes buenas ideas, hacia la mitad del metraje se puede sentir cómo tiraron la toalla y asumieron que la película sería un fracaso, culminando en un final anticlimático que se deja muchas cosas en el tintero y desaprovecha todo su potencial. Lo que podía haber sido una buena saga de ciencia ficción acaba cayendo en terreno genérico y olvidable. Y es una pena, porque los libros exploran temas muy interesantes como la masculinidad, la familia, el colonialismo o la guerra, que aquí apenas rozan la superficie y que, bien tratados, habrían dado lugar a una trilogía mucho más estimulante y provocadora de lo que ha acabado siendo. En resumen, lo peor no es que sea una mala película, sino lo buena que podría haber sido.
Dudo mucho que el fracaso de Chaos Walking vaya a afectar realmente a la carrera de Tom Holland. Al menos mientras tenga a Marvel en el bolsillo. Pero esta película es el último en un año de baches artísticos con los que el actor londinense ha fallado a la hora de separarse del Trepamuros, al menos comercialmente. Con El diablo a todas horas y Cherry, dos dramas oscuros estrenados en streaming, Holland ha querido explorar una faceta diferente de su trabajo como actor, con papeles mucho más exigentes y maduros, en los que se ha dejado la piel para probar que es mucho más que nuestro amigo y vecino Spider-Man.
En ambos casos, el actor ha recibido críticas muy positivas por sendas interpretaciones desgarradas y su absoluta entrega a cada papel, pero las películas en sí no han logrado crear el impacto deseado. El diablo a todas horas se perdió en el menú de Netflix una semana después de su estreno, como le ocurre a la mayoría de sus estrenos, y Cherry, en la que volvió a trabajar a las órdenes de los hermanos Russo tras Vengadores, fue descuartizada por la crítica, desvaneciéndose también poco después de estrenarse en Apple TV+, donde para empezar nunca tuvo muchas posibilidades de convertirse en un gran éxito.
El año pasado se hablaba de la primera nominación al Óscar para él por alguna de esas dos películas. Él hizo campaña para que esto ocurriera. Concedió muchas entrevistas (por Zoom) y apareció en todos los especiales editoriales centrados en la temporada de premios. Todo para acabar no recibiendo ninguna nominación, ni siquiera al Globo de Oro, un final anticlimático para él después de todo el esfuerzo promocional. Eso sí, aunque no lo hayan introducido en el circuito de los premios, El diablo a todas horas y Cherry sirvieron al menos para demostrar que, efectivamente, Holland es un buen actor, versátil y capaz de interpretar personajes distintos al inocente, heroico y adorable Peter Parker.
Con todos sus esfuerzos promocionales volcados en Cherry, donde interpreta a un exsoldado con trastorno de estrés postraumático que cae en la drogadicción y la delincuencia, Holland optó por no dar entrevistas por el estreno de Chaos Walking. Su compañera, Daisy Ridley, sí habló con la prensa, pero él ha preferido mantenerse al margen a pesar de ser el protagonista. En sus redes sociales no hay posts recientes sobre el film, ni siquiera cuando se estrenó en Estados Unidos el mes pasado, y aunque ponga la excusa de estar ocupado con sus exigentes rodajes, todos sabemos que si no ha promocionado Chaos Walking es porque, cuatro años después de rodarla, él ya está en un camino distinto y quiere desvincularse de ella y dejar aquello atrás cuanto antes (porque de Cherry sí que hay publicaciones, y muchas).
Pese a que las cosas no le han salido como él quería este año (apúntate al club, Tom), su futuro cercano se presenta más brillante que nunca. Holland seguirá interpretando a Spider-Man en la nueva etapa de Marvel, con la tercera entrega del héroe arácnido prevista para estas navidades. Y no es la única franquicia que lo tiene al frente. Pronto también lo veremos como el joven Nathan Drake en la adaptación cinematográfica del popular videojuego Uncharted. Además, ya que la nominación al Óscar se le ha resistido este año, ya tiene su siguiente objetivo puesto en el Emmy, para lo que protagonizará la nueva serie antológica de Apple TV+,The Crowded Room, donde interpretará a la primera persona absuelta de un crimen por desorden de personalidad múltiple (ahora conocido como trastorno de identidad disociativo). Sin duda una nueva oportunidad para demostrar su versatilidad y calidad como actor dramático más allá de Spider-Man.
Es decir, en el esquema general de las cosas, el fracaso de Chaos Walking no dañará la carrera de Tom Holland en lo más mínimo, y esto en parte se debe a su paso desapercibido por la cartelera, a lo que ha contribuido la decisión del actor de no promocionarla ni darle visibilidad en sus redes sociales, donde acumula millones y millones de seguidores. Vamos, que ha sido inteligente al separarse de ella sabiendo el fracaso comercial que se le venía encima. Algo parecido ya le ocurrió con otra película maldita, La guerra de las corrientes, cinta de 2017 que fue archivada tras el escándalo de Harvey Weinstein y se acabó estrenando, tras un largo proceso de reedición, de tapadillo en 2019. Casi nadie la vio, así que Holland también salió ileso de aquel sindiós.
Por lo pronto, él ya está mirando hacia delante, buscando la manera de seguir triunfando en el cine de franquicias (ya se ha postulado a sí mismo como candidato para James Bond en el futuro; tonto no es) mientras lucha por ser tomado más en serio como actor en proyectos pensados para ponerle una estatuilla en la mano. A punto de cumplir los 25 años, Holland tiene toda su carrera por delante para cumplir sus ambiciosos objetivos. Y no parece que nada, ni un estrepitoso fracaso de taquilla, ni una temporada de premios frustrada, vaya a pararle los pies.