Agencias, Ciudad de México.- Los New York Giants han tenido poco que celebrar esta temporada, y sin embargo, Tommy DeVito se ha convertido en toda una figura para sus aficionados. El quarterback novato se ha ganado el respeto de compañeros y aficionados por su dureza, pero igualmente importante, ha tenido una buena conexión con los aficionados por su actitud y herencia italiana..
Dentro del campo, el joven de 25 años tiene marca de 3-3 como titular. Con el talento a su alrededor y las lesiones, esa marca ha sido una grata sorpresa en Nueva York… y claro, en Nueva Jersey.
Una estrella diferente
DeVito no ha saltado al estrellato por ser un quarterback particularmente talentoso. De algún modo, su estrella se asemeja más a la de Tim Tebow que a Patrick Mahomes o Tom Brady, o incluso jugadores de la altura y el carisma de Tony Romo. Pero Tebow tenía un Trofeo Heisman y venía de los poderosos Florida Gators.
No, el encanto de Tommy se relaciona más con figuras de un puñado de partidos, como Devlin “Duck” Hodges en Pittsburgh o Tony Robinson en Washington DC. Quarterbacks más parecidos al aficionado promedio, quienes tienen pocas oportunidades de destacar en el deporte profesional pero, aunque sea por un momento, cumplen el sueño. Quizás lo más cercano sea la «Linsanity» cuando Jeremy Lin vestía los colores de los New York Knicks.
Después de terminar su carrera colegial en la Universidad de Illinois, DeVito fue ignorado en el Draft de la NFL y solo tuvo la oportunidad de jugar porque los dos quarterbacks principales de los Giants, Daniel Jones y Tyrod Taylor, salieron lesionados, golpeados constantemente detrás de una línea ofensiva porosa.
En ese momento, DeVito saltó a la fama no por algo que hiciera en el campo, sino por el contraste en estilo de vida con otros quarterbacks, aún viviendo en casa de sus padres en Cedar Groves, Nueva Jersey.
“Todo lo que necesito está en casa. La decisión la tomé por el estrés que genera ser novato en el futbol americano, especialmente siendo quarterback. Hay muchas cosas sucediendo, muchas juntas. Así que todo lo que está más allá del futbol lo maneja mi familia”, confesó el mariscal de campo de 25 años de edad.
Ya en el campo de juego, DeVito lanzó tres pases de touchdown en el triunfo por 31-19 sobre los Washington Commanders, y tras una victoria cerrada contra los New England Patriots, orquestró un regreso en el último minuto para sorprender a los Green Bay Packers en la Semana 14.
Una seña y un representante saltan a la fama
Gran parte de la identificación del quarterback de los Giants con el público es su herencia italiana, en particular viniendo de un pequeño pueblo en Nueva Jersey. Como guiño a sus raíces, el mariscal de campo empezó a celebrar levantando el brazo y haciendo un gesto, juntando las yemas de los dedos de la mano hacia arriba, en una expresión considerada “muy italiana”. Los aficionados de los Gigantes se han identificado con dicha celebración y se ha convertido en una celebración popular incluso en el deporte de preparatoria.
Para terminar de pintar el panorama DeVito es representado por Sean Stellato, quien saltó a la fama por su vestimenta en el duelo ante los Packers. Stellato, también de ascendencia italiana, se encontraba en la banda vistiendo gabardina y fedora, un look clásico italoamericano en las películas.
Stellato también fue quarterback en su juventud, y aunque no alcanzó el nivel que ahora tiene DeVito, fue uno de los mejores mariscales de campo del estado en la preparatoria y se ha convertido en una figura en Nueva York y Nueva Jersey, incluso siendo seleccionado al Salón de la Fama Deportivo Italoamericano.
El asunto de la pizzeria
Quizás la mayor controversia en la carrera de DeVito no esté relacionados con el campo de futbol, sino con una pequeña pizzería en Morristown, Nueva Jersey. De acuerdo con el dueño de la pizzería Coniglio’s Old Fashioned, habían acordado una aparición con el quarterback para el martes 19 de diciembre, sin embargo, Stellato habría pedido el doble del pago inicial para asistir.
Nino Coniglio, dueño del negocio, acusó lo sucedido en redes sociales, pidiendo disculpas a quienes ya habían adquirido entradas al evento. Después del desacuerdo, el jugador de los Giants se presentó al negocio, sin cobrar nada, para limar asperezas y hacer válida su palabra.
Stellato no estuvo presente y más tarde se dio a conocer que ahora solo se encargaría de los asuntos relacionados con contratos deportivos, dejando el marketing a otro representante. Un día cualquiera en la vida de un quarterback de 25 años que aun vive en casa de sus padres.