Agencias, Ciudad de México.- El expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales será juzgado en febrero de 2025 por un tribunal de la región de Madrid «por el beso» no consentido que le dio a la jugadora Jenni Hermoso, anunció el lunes la justicia.
La Audiencia Nacional «ha señalado entre los días 3 y 19 de febrero del próximo año el juicio al expresidente de la Federación Española de Fútbol Luis Rubiales» por agresión sexual y coacción por el beso que le impuso a la jugadora al acabar la final del Mundial en Australia con victoria española, informó la justicia española en un comunicado.
Junto a Rubiales, se sentarán en el banquillo de los acusados el exseleccionador femenino Jorge Vilda, el exdirector deportivo de la selección Albert Luque y el que fuera responsable de marketing Rubén Rivera, que presuntamente presionaron a Hermoso para que le quitara importancia a aquel beso que provocó un escándalo mundial.
El juicio tendrá lugar en San Fernando de Henares, una localidad a una media hora de Madrid en dirección este.
La Fiscalía pide para Rubiales una pena de 2,5 años de cárcel, por el delito de agresión sexual, por el beso en sí, y por coacciones, por haber presionado a la deportista para que «justificara y aprobara el beso que contra su voluntad» había recibido, según el escrito del Ministerio Fiscal.
La acusación también pidió dos años de libertad vigilada una vez cumpla la pena de cárcel, prohibición de comunicarse o acercarse a Hermoso durante cuatro años e indemnizar a la jugadora con 50.000 euros (54.000 dólares).
La Fiscalía pide un año y seis meses de cárcel para Vilda, Luque y Rivera.
El 20 de agosto de 2023, Rubiales besó en los labios a la número 10 española Jenni Hermoso ante las cámaras de todo el mundo, pocos minutos después del triunfo de la Roja ante Inglaterra en la final de la Copa del Mundo femenina.
Su gesto provocó una ola de indignación en España y en el extranjero, y Rubiales acabó dimitiendo al mes siguiente.
Desde una reciente reforma del Código Penal español, un beso no consentido puede considerarse agresión sexual, una categoría penal que agrupa todos los tipos de violencia sexual.